¿Internet, futuro sustituto del profesor actual? Me parto de la risa...
Hoy en día vemos cada vez cosas más escalofriantes, de esas que te dejan el cuerpo helado y no te sientes las piernas. Pues bien, he estado indagando a ver que cosas provechosas ha hecho o tiene intención de hacer este planeta con respecto a la educación escolar, punto básico y primordial para que las personas aprendan ese poco de culturilla que hace falta tener en esta vida.
Esto lo comento porque en la clase de nuevas tecnologías aplicadas a la educación estamos en fase de creación de una web quest. Sí si, esas paginas web educativas que tanto divierten y entretienen a los niños de primaria. Parece un trabajo algo complicado, más que nada por la edición y todo el proceso que engloba, pero después de ver el video de: ¿Dónde está pablo?, estoy segura de que me quedaré con una gran satisfacción moral en el cuerpo después de que haga algo provechoso para lo que en catalán se llama " la canalla ".
Circula tanta basura en Internet que a veces hasta los mismos padres no se dan ni cuenta de si su hijo consulta páginas web para anoréxicas, paginas eróticas o destructivas, o chorradas varias.
Últimamente se dice mucho que las nuevas tecnologías, o más concretamente Internet, serán en un futuro los sustitutos digitales de los profesores, maestros, educadores, etc. Yo, bajo mi punto de vista, no lo creo. Y básicamente por una razón. No enseñamos a utilizar bien los mass media. Y por eso mismo Internet no podrá nunca quitarle el puesto a un profesor, porque la cantidad de mentiras o mala información que hay presente a veces es menos fiable que la historia que te puede contar tu abuelo de cuando el era joven.
A qué me refiero con esto? Simplemente que a veces la cantidad de información satura a la persona que busca sobre un tema determinado, y en vez de aclararle las cosas, le lía todavía más.
Aclarado el tema, os invito a coger las palomitas y disfrutar de la película. Sin duda, una clarísima llamada de atención al uso inadecuado que se les dan a las TIC.
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